SofIa, Bulgaria: historia personal, banitsa y un viaje que me emocionO mAs de lo esperado
BULGARIA
Peninsula Balcanica
EUROPA 43° Norte (43°)
2024
En ese momento era solo teoría… hasta que, siete años después, me vi caminando por sus calles. Y sí, me emocioné.
Viajé en septiembre, una época ideal: calorcito de día, fresquito de noche, hojas empezando a caer y
esa luz dorada que hace que todo se vea más lindo de lo que ya es. Todo tenía un ritmo suave, como
si la ciudad me invitara a redescubrirla sin apuros.
Lo primero que hay que saber: Sofía es la capital más económica de Europa del Este. Perfecta
para mochileros o para quienes, como yo, viajan con presupuesto cuidado y muchas ganas de salir
de lo común.
Una ciudad que respira historia
Sofía te muestra su historia sin filtro. Caminás sobre ruinas romanas, pasás de una iglesia ortodoxa
impresionante a un edificio comunista en la misma cuadra. La ciudad es una mezcla deliciosa de
épocas, estilos y símbolos.
La Catedral Alexander Nevsky me hizo frenar. Es enorme, dorada y silenciosa. Por dentro te
abraza. Y la Iglesia de San Jorge, esa joyita escondida entre edificios modernos, me dio un
pequeño sacudón emocional. No podía creer que estaba viendo en vivo algo que había puesto en
una presentación de PowerPoint años atrás.
Banitsa, rakia y amor por la comida
La comida en Bulgaria fue una de las sorpresas más lindas. Empecemos por la banitsa: masa
rellena de queso, simple pero inolvidable. Después probé la shopska salata, súper fresca, con ese
queso blanco búlgaro que es otro nivel.
Y el rakia, un licor tradicional fuerte, me lo ofrecieron como bienvenida. Pega, sí. Pero se toma con
historia, con pausa, con charlas largas. Muy de ellos. Muy de viaje.
Artesanía con alma
Sofía también se vive con las manos. En mercados, ferias y tienditas escondidas encontré desde
bordados típicos hasta cerámicas pintadas a mano, íconos religiosos tallados en madera y tejidos
que parecen de otro siglo. Todo tiene una historia, un símbolo, un significado. Si sos de las personas
que valoran los souvenirs con alma, Bulgaria es un paraíso.
Mis imperdibles en Sofía
• Catedral Alexander Nevsky: imponente por fuera, mística por dentro.
• Iglesia de San Jorge (Rotonda): antigua, chiquita, escondida. Pura historia.
• Ruinas de Serdica: literalmente caminás sobre restos romanos.
• Bulevar Vitosha: cafés, tiendas y una vista hermosa al monte Vitosha.
• Mercado Central de Sofía: comida local, artesanía y vida cotidiana.
• Iglesia de Boyana: más alejada, pero con frescos que te dejan sin palabras.
• Monte Vitosha: para escaparse a la naturaleza a solo 30 minutos del centro.
• Museo de Historia Nacional y Galería Nacional: perfectos para días nublados.
• Calle Shishman: tienditas con onda, librerías y diseño local.
• Ferias al aire libre: entrá a cualquiera que veas, no te vas a arrepentir.
Info útil que necesitás saber
• Moneda: Lev búlgaro (BGN). 1 euro equivale a aprox. 1,95 BGN. Muchos precios
están en euros, pero es mejor pagar en leva (efectivo o tarjeta).
• Diferencia horaria: Bulgaria está 6 horas adelante de Paraguay.
Idioma: Hablan búlgaro y usan alfabeto cirílico, pero muchos jóvenes manejan algo de inglés.
Transporte: Metro, tranvía y buses económicos. Todo es muy caminable. No hay
Uber, pero podés usar apps locales como Bolt.
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Sofía no grita. Susurra. Te muestra pedacitos de historia, cultura y belleza con calma. Y si tenés
algún lazo personal con el lugar, como me pasó a mí, te atraviesa sin pedir permiso. Fui por
curiosidad. Me fui con emoción, pan en la mochila y muchas ganas de volver.