ParIs, Francia: amor a primera vista entre
cafes, calles y luces
que enamoran
PARIS
Francia
EUROPA 48°51′N 2°21′
2024
FEBRERO EN PARÍS, FRÍOS, ENCANTO Y CAFÉS QUE RECONFORTAN
Visité París en febrero, justo cuando el invierno está en su punto, con frío pero con esa magia
especial. Las calles más tranquilas, menos turistas y esos cafés donde entrar y sentir el calorcito al
instante. Nada como un chocolate caliente o un café para reconfortar después de caminar por la
ciudad fría.
LA TARJETA DE TRANSPORTE:
LA MEJOR ALIADA PARA MOVERSE POR PARÍS
Al llegar, compré una tarjeta de transporte que fue clave para moverme sin complicaciones por toda
la ciudad. La tarjeta Navigo Découverte —muy fácil de conseguir en las estaciones principales— te
permite usar buses, trenes (RER) y subtes (metro) de forma ilimitada durante la semana o el fin de
semana, según la que elijas.
Con esta tarjeta evité comprar boletos individuales cada vez y pude planear mis recorridos con total
libertad y ahorro. Además, el sistema de transporte en París es súper eficiente y llega a casi todos los
puntos turísticos, así que pude aprovechar al máximo sin depender de taxis o apps.
Si vas por pocos días, también hay opciones como el Paris Visite, que funciona por días y es ideal
para turistas. Sea cual sea la tarjeta que elijas, moverte en transporte público es la forma más rápida,
económica y práctica para explorar París.
LA TORRE EIFFEL: DOBLE AMOR, DE DÍA Y DE NOCHE
La Torre Eiffel es sin dudas un ícono que había imaginado mil veces, pero verla en persona fue otro
nivel. La vi de día, imponente contra el cielo azul, y sentí esa mezcla de asombro y emoción. Pero
cuando volví de noche, la magia fue aún más fuerte. Ver el encendido de luces, ese brillo que ilumina
la ciudad y que dura unos minutos cada hora, fue un momento especial que me hizo querer
quedarme ahí para siempre. La Torre Eiffel de noche es un espectáculo que no se olvida.
PARÍS DESDE EL SENA: MAGIA SOBRE EL AGUA
Uno de mis momentos favoritos fue hacer un recorrido en bote por el río Sena. Ver la ciudad desde el
agua es otra experiencia: los puentes emblemáticos, la silueta de la Torre Eiffel a lo lejos, y las luces
reflejadas en el río crean un paisaje de película. Navegar por el Sena al atardecer me dio esa
sensación de calma y maravilla que solo París sabe regalar. Además, fue un descanso perfecto
después de horas caminando, y me permitió ver monumentos desde otra perspectiva.
EL LOUVRE: UN VIAJE DENTRO DEL VIAJE
Visitar el Louvre fue un verdadero viaje en el tiempo y el arte. Me sorprendió la cantidad de cosas
que hay para descubrir más allá de la Mona Lisa —que sí, es impresionante pero solo la punta del
iceberg—
. Me quedé horas recorriendo pinturas, esculturas y salas que cuentan historias de siglos y
civilizaciones. Es un lugar que te invita a perderte y encontrarte a la vez.
MONTMARTRE: EL BARRIO DE LOS ARTISTAS Y LAS VISTAS SOÑADAS
Caminar por Montmartre fue como entrar en otro mundo. Sus calles empedradas, las tienditas de
artistas, los cafés con encanto y la Basílica del Sacré-Cœur, que ofrece una vista panorámica de toda
la ciudad, hicieron que me detuviera a cada rato para sacar fotos o simplemente para disfrutar el
momento. Me encantó el ambiente bohemio, esa mezcla de historia y creatividad que se respira en el
aire.
MOULIN ROUGE: UNA NOCHE CON BRILLO Y RITMO
Por la noche, fui al Moulin Rouge para vivir ese espectáculo único y vibrante. Más allá del show en sí,
lo que me encantó fue el ambiente: la elegancia, las luces, la energía contagiosa de la gente. Fue
una experiencia que me hizo sentir parte de la magia parisina, un momento para guardar en la
memoria y recordar con una sonrisa.
CAMPOS ELÍSEOS: LA AVENIDA DE LOS SUEÑOS
Caminar por los Champs-Élysées fue la cereza del postre en mi visita. Esa avenida famosa por sus
tiendas, cafés y vida que no para, me fascinó especialmente por las luces, los aromas y la gente.
Paré a tomar un café en una terraza y me quedé mirando la gente pasar, disfrutando del ritmo único
que tiene París.
COMER EN PARÍS: MÁS QUE BAGUETTES Y QUESOS
La comida en París fue una fiesta para el paladar. Desde los croissants recién horneados para
desayunar, hasta las cenas con quesos, vinos y platos típicos como el coq au vin o la ratatouille. Y sí,
no faltaron las crepas para los momentos dulces. Cada bocado era una excusa para quedarme un
rato más en cada lugar, disfrutando del sabor y la atmósfera.
CULTURA, ARTE Y VIDA PARISINA
París es un museo al aire libre. Museos, galerías, teatros, pero también cafés donde la gente se
sienta a charlar horas, librerías con historia y mercados callejeros con flores, libros y comida fresca.
Cada esquina tiene su historia, y eso es lo que la hace única.
TOURS RECOMENDADOS Y DÓNDE RESERVARNOS EN PARÍS
Para aprovechar al máximo tu viaje a París, hacer algunos tours guiados es una excelente idea,
sobre todo si querés conocer detalles, historia y curiosidades que no aparecen en las guías. Hay
tours para todos los gustos: desde recorridos a pie por barrios como Montmartre o Le Marais, hasta
paseos en bote por el Sena o visitas guiadas al Louvre y otros museos.
Una buena opción es reservar con anticipación en plataformas confiables como GetYourGuide,
Civitatis o Viator, donde podés leer opiniones, comparar precios y elegir el que mejor se adapte a tu
plan. También podés buscar oficinas de turismo en París o preguntar en tu hotel, que suelen ofrecer
paquetes y excursiones locales.
Si te gusta ir más libre, hay tours autoguiados que podés descargar en apps como Rick Steves
Audio Europe o Detour, para recorrer a tu ritmo con explicaciones y datos interesantes.
TIPS PARA TU VIAJE
• Moneda: Euro (€).
• Idioma: Francés, pero en lugares turísticos hablan inglés.
• Diferencia horaria: +5 horas respecto a Paraguay.
• Transporte: Metro eficiente, fácil y muy completo.
• Mejor época: Primavera y otoño para evitar multitudes, pero febrero tiene su
encanto frío y tranquilo.
París me enseñó a mirar diferente
Estar en París fue un recordatorio de que viajar también es sentir, descubrir y dejar que la ciudad te
sorprenda sin planes rígidos. Me fui con la cabeza llena de recuerdos, la cámara cargada y las ganas
intactas de volver.