Praga, Republica Checa: 
un viaje de cuento, cerveza helada y mas historias de la que podia procesar 


Hay ciudades que parecen decorados de película. Y después está Praga. Caminé sus calles con cara de “esto no puede ser real” más veces de las que puedo contar. Fachadas góticas, callecitas de adoquines, iglesias que parecen castillos, un castillo que parece una ciudad entera… y una energía que mezcla lo antiguo con lo moderno en equilibrio perfecto.

REPUBLICA CHECA
Praga
EUROPA 49.8175°
2023




Viajar a Praga fue cerrar otro capítulo de esos destinos que alguna vez estudié, soñé o simplemente
miré en fotos con ganas. Y estar ahí, en la capital de República Checa, fue incluso mejor de lo que
esperaba.

SEPTIEMBRE ENTRE TORRES, CÚPULAS Y CERVEZA FRÍA


También la visité en septiembre y fue un acierto total: clima suave, ni frío ni calor, menos turistas, y
ese aire de cambio de estación que siempre me encanta. A la tarde bajaba la temperatura y todo se
ponía más mágico todavía. Praga se ve como una postal, pero se siente como un lugar real.
Además, es una ciudad accesible, mucho más económica que otras capitales europeas como París o
Ámsterdam. Si sabés moverte, podés comer bien, dormir cómodo y vivir experiencias hermosas sin
romper el presupuesto

UN MUSEO A CIELO ABIERTO


Praga tiene esa cosa de no saber dónde mirar. Todo es bello, todo tiene historia, todo parece
importante. Cada edificio tiene detalles, cada calle una historia. Es como caminar por una ciudad
hecha por artistas, historiadores y soñadores.
El Charles Bridge fue mi primer gran impacto. Lo crucé con muchos turistas como yo al lado y
músicos callejeros afinando. Magia total. Las estatuas, la vista del río Moldava, el castillo al fondo…
No sabía si sacar fotos o simplemente quedarme ahí quieta.





Después vinieron la Ciudad Vieja, con su famoso Reloj Astronómico (sí, se llena de gente cuando
da la hora, pero igual vale la pena), el barrio judío, el Castillo de Praga y la Catedral de San Vito,
que me dejó sin palabras. Gigante, oscura, majestuosa. Sentí que el tiempo se frenaba ahí adentro.
Y sí… subí todas esas escaleras eternas para llegar al castillo. Mil no sé si eran, pero se sentían
como mil. Cada escalón te da una excusa para mirar atrás y ver cómo la ciudad se va desplegando
desde lo alto. Cuando llegás arriba, la vista es una locura: los techos rojos, el Moldava, las torres y
esa sensación de estar en una postal viviente. Me faltó aire, me sobró dramatismo, pero también fue
uno de esos momentos en los que sentís que estás exactamente donde tenías que estar. Y eso no
tiene precio.

CERVEZA CHECA, GULA Y SORPRESA


No voy a mentir: fui por la historia, me quedé por la cerveza. En Praga la cerveza es parte de la
cultura, y no solo por su sabor (que es increíble), sino porque se toma con calma, en bares históricos,
en jardines, en mesas compartidas.
Probé el goulash con panecillos típicos (knedlíky) y una lista interminable de cervezas artesanales.
Todo casero, abundante y barato. Comer bien en Praga es fácil. Comer demasiado bien… también.


ARTE, DISEÑO Y ESE TOQUE ALTERNATIVO


Aunque todo parece salido de un cuento medieval, Praga también tiene una vibra moderna, joven,
creativa. Hay murales, cafés conceptuales, librerías escondidas, mercados de diseño y hasta una
calle dedicada al arte callejero.

El Muro de John Lennon es uno de esos lugares con energía especial. Donde podes sentarte a
escuchar una banda tocar temas de los Beatles, y simplemente disfrutar de ese contraste entre lo
histórico y lo actual.

IMPERDIBLES DE PRAGA (SEGÚN YO)


• Puente de Carlos al amanecer/atardecer
• Reloj Astronómico y Plaza de la Ciudad Vieja
• Castillo de Praga + Catedral de San Vito (y sus escaleras inolvidables)
• Malá Strana, mi barrio elegante y bohemio
• Barrio Judío y sinagogas
• Muro de John Lennon
• Casa Danzante, para fotos originales
• Un tour de cerveza (hay varios y valen la pena)
• Petrin Hill para ver la ciudad desde arriba
• Mercados locales de fin de semana

INFO ÚTIL SI ESTÁS PENSANDO EN IR 


• Moneda: Coronas checas (CZK). 1 euro equivale a unos 24-26 CZK.
• Idioma: Checo. Pero en Praga, casi todos los que trabajan en turismo hablan inglés.
• Diferencia horaria con Paraguay: +5 horas (en verano europeo).
• Transporte: Metro, tranvía y buses muy eficientes. También se camina muchísimo.
• Datos extra: No hace falta visa para entrar desde Paraguay como turista.

PRAGA ME ENSEÑO ALGO QUE NO ESPERABA


Fui buscando historia y belleza, pero Praga me enseñó a mirar con más calma. A no correr de
monumento en monumento. A sentarme en una plaza, mirar una fachada, probar una cerveza local,
hablar con alguien del lugar. Y sobretodo, a no ponerme trabas mentales (y no solo hablo de las
escaleras). Es una ciudad que parece de mentira, pero te deja sensaciones muy reales. Me fui con la cámara
llena, el alma contenta y las piernas agotadas. Pero sobre todo, me fui sabiendo que quiero volver.