COmo me anime a hacer un intercambio (y deje de esperar a que todo sea perfecto)


Desde chica tenía ganas de hacer un Work and Travel o algún intercambio, pero siempre lo guardaba en “algún día, capaz”. Me pasé mil horas viendo videos en YouTube, esos vlogs que te muestran todo crudo y real. Tenía 18 años, recién arrancaba la carrera y la verdad, estaba medio en duda.
JOURNAL
WORK AND TRAVEL




Mi mamá y mi papá me miraban como diciendo “¿estás loca?”
, y yo les entendía el miedo. Pero de a poquito, cuando vieron que no era una idea loca que se me iba a pasar, convenciéndoles que iba a
ser algo que iba a ayudarme e impulsar mi experiencia en mi carrera me soltaron un “dale, hacelo”
.

Ese sí fue un click para mí



No fue algo que decidí de un día para otro, pero tampoco me quedé esperando eternamente.
Empecé a investigar las agencias, soñar con estar allá, organizándome, conociendo gente que me
podía pasar info sobre donde vivir, que llevar y saliendo de mi zona de siempre.
Y ahí me di cuenta: si seguía esperando el momento perfecto, capaz nunca me animaba. Así que me
mandé, con todo lo que eso implica. Y te juro, fue una de las mejores decisiones que tomé.
Ahora, siete años después de haber tomado esa decisión, sigo manteniendo lazos con amigos de
otros países, incluso con managers con los que trabajé. Me ayudó a terminar las pasantías de la
carrera. Aprendí un montón, cambié mucho, y ese viaje sigue siendo parte de quién soy hoy.



¿Querés saber cómo animarte?

Primero, dejá de buscar el momento perfecto porque no existe. Lo que sí existe son la ganas y el
compromiso que le pongas vos.
Segundo, empezá pequeño: mirá videos, leé experiencias, preguntale a quien ya lo hizo. Que la idea
vaya madurando sin presión.
Tercero, hacé una lista de pros y contras, pero con honestidad, no para convencerte, sino para
entender qué te frena y qué te impulsa.
Y por último, recordá que nadie te va a decir que es fácil todo el tiempo, pero las cosas que
valen la pena suelen ser así. Anímate a salir de la zona cómoda, porque ahí es donde pasa lo
bueno. No esperes que alguien te agarre de la mano y sea todo fácil. Disfruta de todo el proceso, al
fin, es mudarte de país por unos meses.


Pensalo así:


¿Y si te sale increíble?
¿Y si te sale un desastre pero aprendés un montón?
Porque un intercambio no es solo viajar, es reinventarte, salir del molde y descubrir quién sos cuando
nadie te conoce. Y eso no tiene precio.